Hola, soy Ricardo Glazman y hace un tiempo que estoy intentando simplificar esto del lavado de la ropa en mi casita de Mar de las Pampas.
Aquí les doy algunas ideas para organizar el lavadero, ese lugar de la casa donde las puertas están siempre cerradas y reina el desorden. Cómo optimizar rincones, mantener la limpieza y transformar al lavadero en una zona amigable.
Orden y un poco de astucia son las claves
Como el lavarropas es el protagonista, el espacio se debe acondicionar teniendo en cuenta el lado hacia el cual se abre la puerta. Este es el principio del orden, ya que si la puerta queda incómoda, la tarea será muy molesta. Una vez resuelta esta cuestión, hay que tener en cuenta que todos los elementos que se utilizan habitualmente estén a mano. El jabón para lavar la ropa de todos los días, el jabón para las prendas delicadas, el enjuague para ropa blanca y el que se usa para la ropa de color. Un organizador justo enfrente del lavarropas permitirá visualizar todo lo que necesitás. También se puede colocar una alacena pequeña, con puertas corredizas, para que los envases no queden a la vista. Estos espacios suelen ser muy útiles para todo tipo de guardado: repuestos, broches y otros artículos de limpieza. Los colores claros –preferiblemente el blanco- unifican el ambiente, tanto en paredes como en estantes.
Para despreocuparse por la lluvia o los días de humedad, es útil colocar un ténder plegable que corra de pared a pared. Cuando no se utiliza desaparece de la vista y cuando es necesario tienen la capacidad para colgar las prendas que caben en un lavado. Las perchas son aliadas indiscutidas para aprovechar el espacio del ténder, y además, facilitan el planchado. El lugar para colocar la tabla y la plancha también debe estar previsto. Un contenedor colgante para la plancha y dos ganchos en la pared para colocar la tabla ayudarán a optimizar el espacio.
Otra idea para guardar pequeños elementos son las canastas de plástico apilables. Como tienen pequeños cuadraditos permiten ver el contenido y además, son fáciles de limpiar. Se pueden apilar, o bien colgar individualmente.
¿La ropa sucia?
La ropa sucia, ¿dónde guardarla? Canastos, cestos de mimbre, organizadores con rueditas... hay varias opciones y todas dependen del espacio disponible. Lo ideal es que estén bien cerrados y con dos divisiones, una para la ropa blanca y de cama, que suele lavarse toda junta, y otra para el resto de las prendas. Conviene tener a mano fundas de almohadas viejas para usarlas como bolsas protectoras para las prendas delicadas. Así evitarás el roce directo con otras prendas y conservarás las propiedades del tejido, sobre todo si se trata de prendas de lana o fibras sintéticas.